Restaurante

Restaurante.

The Golden Moose... el restaurante de moda en Londres, era un gran chalet pintado de blanco, con lo que parecía una cabeza de Alce disecada adornando las grandes puertas del establecimiento. La primera impresión que daba aquel lugar era todo menos "elegante", pero tenia un extraño exito con la gente, debido a que se decia que tenian las mejores sopas del mundo... ademas de que a cada cliente se le regalaba un cuchillo o tenedor de oro como recuerdo de la visita. A mi realmente no me interezaria comer lo que un humano cocine, pero... bueno, una cosa brillante como un cuchillo de oro, es simplemente irresistible para un demonio como yo.

- En este mundo en el que todos se llevan mal~ reclamo mi propio territorio~ -tarareaba, mientras entraba lentamente en aquel edificio-

A la mayoria de la gente no le sorprendio en lo mas minimo verme. Digo, los clientes llegaban por montones, una persona mas no haria la diferencia... ¿pero quien dijo que yo era una persona? Estos humanos tan ineptos, siempre dejandose llevar por el aspecto exterior... voy a darles una pequeña leccion de humildad, al estilo Ryu.

Una mayordomo bastante bien parecida, se apresuro a acercarse a mi para avisarme que ya no quedaban mesas disponibles, pero antes de que pudiera hablar, yo ya me encontraba al otro lado de la habitacion, tomando todos los cuchillos y tenedores que habian alli, a tal velocidad que aquellos humanos no eran capaces de verme... bueno, en realidad no soy tan rapido, pero con el tiempo llendo tan lento para mi, es como si me moviera mas de lo normal. Dios, amo ser un demonio

- Bien, ahora divirtamonos un poco... -aprovechando el lento pasar del tiempo, empeze a mover a las personas, poniendo a un sujeto bajo la falda de una dama, para que esta, al percatarse de este desatino, rapidamente gritara y se empezara armar un escandalo de proporsiones biblicas- ushishishishishi...

Eso fue solo el principio, luego puse el bolzo de una señora en las manos de un camarero, le levante la falda y le quite la camisa a la sirvienta, deje comida flotando en el aire, causando asi tal desorden y panico, que los humanos no atinaron a otra cosa que a gritar y a culparse unos a otros. En unos minutos, lo que antes habia sido una tranquila mañana en londres, se habia vuelto un caotico enredo para los humanos... y un adorable espectaculo para mi.

Era recien de mañana en Londres, no fue una buena mañana; A las maids se les olvido preparar mi desayuno y por hacerlo rapido dejaron todo hecho un desastre! Ahora que no tenia mi desayuno normal deberia conformarme con la comida humana

Debo conseguirme a alguien mas decente a la hora de cocinar- Dije mientras me acercaba al restaurante -Lo haria yo misma pero no tengo suficiente tiempo

Me disponia a entrar en el restaurante cuando me doy cuenta de que todo esta hecho un bochorno

Que demonios!?- Digo enfadada

No iba a aguantar que mi mañana empeorara, asique recite un par de hechizos y todo volvio a ser normal

Matare a quien me vuelva a interrumpir- Sisee por lo bajo

Todo el caos que habia conseguido generar en el restaurante, se detuvo de pronto. No se porque, pero en un segundo, todo lo desordenado volvio a su lugar, todas las personas volvieron a su tranquilidad, y el servicio en aquel establecimiento continuo con total normalidad. Eso era extraño, frustrante...e infinitamente interezante ¿Quien seria capaz de una proeza asi? Seguramente esto tenia relacion con aquella chica que habia entrado hace poco. Su alma... parecia deliciosa, aunque por alguna razon, diferente a la del resto de los humanos, ademas de que su piel emanaba un suave y seductor aroma a sangre y muerte.

- Vaya vaya~

En un simple segundo, me posicione justo atras de la joven. Nadie parecio darse cuenta de ello, que aburrido. Aun asi, seguro que por la cercania, ella reaccionaria de alguna manera... eso espero. Con ese pensamiento, me acerque confiadamente a su oido, para susurrarle con una voz suave.

- ¿Quien eres? ¿Con que derecho vienes a profanar el caos que he creado?~...

Un chico se puso detras de mi a una velocidad inigualable, me pregunto quien era y me pregunto que con que derecho profanaba la caos que... El habia creado

Soy Lucy D'Ancona- Respondi cortante pero tranquila a la vez -Estoy en derecho porque interrumpes mi desayuno

El chico era un demonio, uno de esos problematicos demonios, analize las posibilidades de hacerlo pagar... Pero no habia ninguna que no incluyera arrancarle los organos, en ese momento estaba de mal humor

Y quien es usted para crear tanto alboroto?- Pregunte educada y suavemente -Le sugiero que no lo haga, o los Shinigamis le perseguiran

- Lucy... lo recordare -sonrrei mientras la abrazaba levemente por la espalda, todo para saber como reaccionaria- creo que sera mejor que se vaya, porque no planeo abandonar este lugar... estos humanos son atormentables, y muy divertidos

Ella se veia de mal humor y algo hambrienta... vaya, parece que me encontre con una bomba de tiempo, excelente. Sonrrei aun mas abiertamente, para luego reaparecer frente a ella y hacer una reverencia frente a ella, inclinandome de sobre manera y haciendo pomposos movimientos con los brazos. Era una costumbre mia el exagerar las costumbres humanas, me resultaba facil y mas divertido que hacerlas como ellos decian que debian hacerse.

- Mi nombre es Ryu Kida, el demonio... para servirle -me levante rapidamente para verla a los ojos- y no debe preocuparse por los shinigamis, de hecho, me gustaria atraer a algunos... ademas ¿porque habria de parar por ellos? ¿no es el caos algo deliciosamente divertido?

No se si una "humana" como ella, me entenderia, y mucho menos ahora que le habia mencionado lo de mi origen demoniaco. Seguro que ahora estaba muy desconcertada... o quisas no. Como sea, su reaccion seguro seria interezante, aunque no quise esperar a ella, y rapidamente empeze a causar nuevamente estragos a gran velocidad, aunque estos un poquito menos intensos, por respeto a la "dama". Para la vista de un humano comun, yo no me habia movido ni un segundo de mi lugar, pero en realidad, ya me habia movido por toda la habitacion, cambiando todos los platillos de lugar, causando la molestia y la confusion de los clientes. Trate de aguantar mi risa, mientras miraba a la joven, esperando su respuesta.

El demonio se llamaba Ryu, me abrazo por la espalda repentinamente antes de hacer un desastre menor; cambiar los platillos de los clientes. No pude evitar reirme ante las caras que ponian las personas, eran tan... Ridículas!

La verdad a veces molestar a los demás puede resultar divertido- dije con mejor humor que antes -Solo no te metas conmigo y no me encargare de ti

Me senté en una mesa vacía, era para dos pero solo esa quedaba asique no tenía opción. Pedí un platillo italiano común, pasta, una de las pocas comidas humanas que me servían para controlar mi sed de sangre cuando no desayunaba

Si quieres puedes sentarte- Dije señalando con la mano la otra silla

La pequeña vampira llegó caminando con lentitud al restaurante. William-sama le había dicho, cuando se despertó, que se fuera a "relajar" un rato a un restaurante, ya que se había forzado mucho en la anterior batalla.

Entró, y al instante, el aroma a demonio invadió sus sentidos. Se alteró. Aún no se recuperaba del todo de la anterior batalla, se tomó la cabeza entre las manos. No iba a matar...No podía...

Pero William-sama había dicho que los demonios eran sus enemigos.

Se acercó, caminando naturalmente hacia donde se sentía el aroma a demonio. Lo encontró, era un chico de unos 16 años.

No podía atacar así como así, llamaría demasiado la atención. Y tenía hambre, además, aún no tenia la orden de eliminar a ese demonio.

Pero debía observarlo de cerca.

Caminó, con su rostro inexpresivo, y se sentó en la misma mesa que el demonio y otra chica vampira, como si nada.

Se mantuvo impasible, a pesar de que no conocía a ninguno de los dos.

-Hola-Saludó de manera neutral

Al parecer esta humana comprendia mi sentir... interezante. Decidi sentirme junto a ella, para poder descansar un poquito, y ademas comer un plato de pato a la naranja, que en realidad uno de los clientes perdio de vista durante la confusion. Todo el restaurante era un pandemonio total... con excepcion de aquella mesa. Los camareros atendieron a la joven Lucy, y luego se fueron rapidamente a tratar de ordenar la situacion, casi sin notar la diferencia. Sonrrei, tranquilo, y tome un troso de pato para llevarmelo a la boca, cuando de pronto aparecio... Ese olor, ese aroma que anunciaba la destruccion... no podia significar otra cosa, finalmente habia conseguido atraer un shinigami hasta este lugar. Mire rapidamente hacia la persona a quien le pertenecia aquel hedor, una pequeña niña rubia... yo la mire, y ella me miro, y ambos nos reconocimos... estoy seguro que ella sabe eso tan bien como yo.

- Hola -salude, cuando ella se sento junto a nosotros, sin impedirselo, hasta haciendole un espacio junto a mi- Shinigami-san... -le susurre mientras me movia-

Empeze a preparar mis sentidos inmediatamente para la batalla. Ella es un shinigami, y los shinigamis cazan demonios que van al mundo humano, es una logica irrefutable. Solo era cosa de tiempo, aunque me daba algo de pena que la joven Lucy estuviera aqui para ver esto. Como sea, es una persona extraña, ella se las arreglara... y si no, no importa. Sera interezante de todas formas...

La pequeña se puso en guardia al escuchar que el demonio la llamaba "shinigami". Pero no quería pelear, estaba muy débil. Necesitaba sangre, y no podía beberla, ya que no era noche de Luna Llena.

Tenía leves punzadas en la cabeza, pero no demostraba dolor alguno en la mirada.

Al poco tiempo llegó Grell, tan escandaloso como siempre, y se sentó a su lado. Ella solo le dio un sorbo al té que le había traido un mesero.

-William-sama me dio permiso para descansar un rato.-Le respondió a Grell, haciéndose a un lado para que pudiera sentarse. -Me he encontrado con un demonio-Acusó, apuntando a Ryu con un dedo acusador. Tenía un pequeño puchero en el rostro, ya que claramente no quería pelear. Se acercó a Grell un poco más, y para su propia sorpresa, mostró su debilidad recostándose contra el shinigami de rojo. -Estoy cansada, necesito sangre, no quiero pelear.

Y se mantenía inexpresiva.

Ryu se sentó y comió un pato a la naranja que había caído en sus manos debido a la confusión. Repentinamente dos Shinigamis llegaron, una Shinigami Vampira muy callase e inexpresiva y otro que era su polo opuesto, una persona estrafalaria

Buenos dias- Salude educadamente -Soy Lucy D'Ancona, un gusto en conocerles

El camarero llego con mi orden de pasta, y empece a comer casi de inmediato.

Desean servirse algo?- Les pregunte

La Shinigami dijo necesitar sangre, pues no era la unica, yo ya estaba muriendo por un "Desayuno Vampirezco" decente

Llegue a uun restaurante tenia hambre y pasa inmediatamente mientras buscaba una mesa para sentarme via Nune y a Grell en una mesa con otras personas y me acerqe aunque uno por su olor era un demonio y otra vampira.

-Hola Nune hola Grell y ola personas desconocidas-dije mientras me sentaba.

Todo ahora no tenia mucho sentido cualquiera pensaria que somos un grupo de amigos pero en realidad somos un grupo de seres sobrenaturales.


Espere las respuestas de mis amigos.

Me acomode mejor junto a Lucy, pues ella era la unica de ellos con la que me sentia comodo, pero al mismo tiempo la prescencia mas fuerte ahi, siendo seguida por la joven shinigami y el tipo raro de rojo. Por alguna razon, la shinigami mas pequeña no me causaba una gran impresion, pues al parecer estaba muy debilitada por la falta de sangre. Sonrei ampliamente, mientras que, con un movimiento veloz como el rayo, ocultaba una pequeña daga en el te de la joven shinigami rubia, parando el tiempo para poder hacerlo sin ser detectado. Aprovechando el impulse, puse una araña en el cuello de la extraña criatura roja, y deje a uno de los camareros demasiado cerca de las piernas de la recien llegada joven de los cabellos morados. Luego regrese a mi asiento y deje que el tiempo siguiera su curso, tratando de resistir el impulso de reirme, esperando el resultado de mis bromas...

- ¿Han venido a comer? ¿O acaso yo sere el postre? -dije mientras tomaba otra pierna de pato y la comia tranquilamente- yo dentro de poco me ire de aqui, asi que les aconsejo hacer lo que quieran rapido, necesito encontrarme un amo o ama o tendre que volver a casa... ups ¿dije eso en voz alta?

Era obvio que lo habia dicho a proposito. Queria ver las reacciones de la gente cercana.

Una nueva Shinigami vino, me rei por lo bajo pensando en que hoy no era el dia de suerte de Ryu. Salude a la recien llegada y me presente, por tercera vez en el dia. Ella se sento junto a "Nunë" y el Shinigami de rojo, repentinamente vi como una daga reposaba en el te de Nunë y una araña caminaba por el cuello del Shinigami rojo, ademas de un camarero demasiado cerca de las piernas de la pelivioleta. No tarde en deducir que era obra de Ryu

No deberias hacer eso- Dije mientras le jalaba de una oreja, dejandolo a la altura de la mesa -Necesitas un amo, alguien deberia controlarte

Sin soltarlo, vi las reacciones de los Shinigamis

Nunë no cayó en aquel truco. Su fino sentido del olfato captó al instante un aroma métalico que no iba nada bien en contraste al aroma del té. Tomó la taza y la estrelló contra la pared, logrando que se rompiera en miles de pedacitos. Un montón de gente se volteó a verla, incrédulos. La daga resbaló y Nunë la atrapó entre sus dedos.

-Huh...Yo pensaba que solo había una mosca-Comentó, inocente, logrando que a muchos les rodara una gotita de sudor por la sien.

Jugó con la daga entre sus dedos, deslizándola con habilidad. Cuando de pronto repentinamente la lanzó hacia el chico demonio, rozándolo a propósito pero haciendo que se clavara en su asiento. Fallando a propósito, haciendo que pareciera un accidente.

-Aaaah. Otra mosca-Murmuró, con su inexpresividad y firaldad de siempre. Una segunda gotita de sudor resbaló por la sien de las personas que la observaban.

Luego la chica ladeó la cabeza y tomó un bocado de un pedazo de pastel. Se relamió los labios.

-Delicioso-"Pero no tan bueno como la sangre" Pensó, restregándose un ojo con cansancio y soltando un pequeño bostezo.

Vi a un mesero muy cerca de mis piernas y le di una patada por pervertido despues mire al demonio sabiendo que todo era su culpa pero por una parte era entendible el era la representacion del mal pero decidi presentarme:

-Me llamo Sarai pero pueden decirme Cherry-dije muy educadamente.

Luego me diriji hacia el demonio:

-¿Cual es tu nombre?-pregunte dado a que la chica se habia presentado.

Cuando dijo lo de amo o ama no reaccione como William dado que ahorita los contratos de ese tipo eran algo comun.

Espere la respuesta de ese demonio travieso y sin modales.

- Ite, ite, ite, no me maltrate joven Lucy~~ -dije fingiendo dolor, para luego escabullirme entre sus brazos y abrazarme a ella por el cuello- ¿y porque no me educa usted? parece una persona interezante kijijijijiji...

Desde aquella posicion cerca de la chica, me dispuse a observar el lugar. El resultado de mis bromas fue bastante entretenido, al menos mas de lo que esperaba. El joven rojo y la shinigami rubia reaccionaron tal y como esperaba, y me "devolvieron" la broma. Evitar la araña fue simple, con solo parar el tiempo 2 segundos logre poner la araña en otro lugar, dejando un brownie en su lugar en mi boca, para luego deborarlo rapidamente, dando asi la convincente ilusion de habermela comido. La daga, en cambio, no la esquive, de hecho, esperaba ese movimiento mas que el de la araña, porque me daba acceso a un recurso muy util en este momento: Sangre

- Ah, joder, estoy sangrando... -lentamente, una gran gota de sangre resbalo desde una herida provocada en mi mejilla- mmm... como sea... no hay problema con ello ¿verdad?

Observe a la joven Lucy y a la Shinigami rubia. Ambas tenian un aroma similar, por lo que asumia que ambas eran vampiras... asi que seguro reaccionarian ante la sangre, pero con esa pequeña herida no seria suficiente. Fue entonces cuando la reaccion de la pelimorada me cayo como venida del averno, cuando pateo fuertemente al joven mesero, saliendo este volando hacia una pared. Dios, que risa mas grande, me carcajee como un loco por unos minutos, para luego desaparecer de aquella mesa. Aproveche la situacion para herir al mesero en el cuello, provocando que este empezara a sangrar fluidamente y a gritar de dolor. Luego continue con varios de los presentes, volviendo aquel lugar un baño de sangre, todo a una gran velocidad. Una vez terminada mi labor, me dispuse a descansar, sentandome nuevamente junto a la Joven Lucy, con el rostro aun sangrante, sonrriendo, para luego mirar a la shinigami que se hacia llamar "Cherry". No queria hacerla esperar mas tiempo para responderle.

- Mi nombre es Ryu Kida, el demonio, para servirle -dije, con una sonrisa malevola y algo sadica-

Nunë estaba sentada en su lugar. Temblando, bruscamente. Sus orbes carmesí se habían hecho pequeñas. Sus instintos vampirezcos comenzaron a despertar. Sangre Sangre Sangre. Pero no podía tomar sangre, no podía, no era noche de Luna Llena. No tenía permitido beber de quienes no estaban destinados a morir.

Comenzó a respirar agitado, observando como su alrededor cada vez había más y más sangre. Se levantó y cerró fuertemente los ojos, siseó de forma amenazadora hacia el demonio. Mostrando sus pequeños colmillos a modo de defensa.

Observó a la otra vampira. Esas personas no estaban destinadas a morir. No podía permitir que murieran en ese momento. Siseó de manera amenazadora hacia ella también. Tomó un plato y se lo lanzó directamente hacia el rostro, en un intento de que controlara sus instintos.

Su cabeza palpitaba con fuerza. Sangre Sangre Sangre

Soltó un grito y se tomó la cabeza entre las manos, no podía dejarse vencer por sus instintos.

Finalmente, se dejó caer contra Grell, ocultando su cabeza entre las ropas del shinigami, intentando cubrir el olor a sangre. No lo aguantaba, iba a morder a alguien si no lograba dominar sus instintos. Y eso no podía permitirlo.

Me rei por las reacciones de los shinigamis, en especial de la de Cherry-chan. No evite soltar una carcajada junto a Ryu, quien dijo que porque no lo educaba yo. Iba a responderle justo cuando a los segundos despues el restaurante estaba cubierto de sangre, no seria facil desesperarme, ya tenia muchisimo autocontrol despues de ver tanta sangre correr durante mi vida entera, ademas de que la pasta ayudaba.

Positivo... Positivo... Positivo...- Dije con los ojos cerrados -No hay ningun grupo de sangre negativo, que lastima

Dije desilucionada y abri los ojos, Ryu debia aprender modales de una u otra manera

Dijiste que necesitabas un amo, no?- Le pregunte sonriendo -Entonces yo podria hacer un contrato contigo

Con este desastre no podia hacer nada, la Magia Negra no sabia sanar heridas sin cobrarle a cada persona. Ademas de que tantas personas hospitalizadas le servirian de mucho a mi compañia. La shinigami se estaba desesperando por ver tanta sangre y no poder beberla, me siseo de manera amenazante y me lanzo un plato a la cara, en que solo rechasé usando algo de magia para retener el plato en el aira y ponerlo de nuevo en la mesa. Sabia que ella necesitaba ayuda, pero ahora mismo no sabia como brindarsela

Genial este dia no podria ponerse peor primero me encontre un angel y un demonio segundo este demonio bromista y tercero aqui hay un festin de sangre con dos vampiras hambrientas.

No sabia que hacer dado a que esta situacion no habia pasado hasta ahora ¿que hariamos? aunque el autocontrol dominara no tardaria en desaparecer ante esta espectativa lo unico que se me ocurrio fue esperar a ver que pasaria.

-Lucy,Nune¿Estan bien?-les dije preocupada.

Estaba preparada para todo lo ue pudiera pasar.

Todo marchaba segun lo habia planeado en un principio, la joven shinigami rubia estaba fuera de si, conteniendose con la poca fuerza que le quedaba. Sonrei, y me prepare para darle el golpe final, cuando de pronto escuche lo que la Joven Lucy tenia para decirme.

- ... ¿Lo dice en serio? -sonrei, malicioso- entonces hagamoslo, hagamos un contrato... ¿pero puedes darme un segundo antes?

Nuevamente detuve el tiempo, para luego dejar uno de los cuerpos reborboteantes de sangre, justo frente a la shinigami, dejando a la criatura de cabello rojo en el otro lado de la silla. Aproveche tambien para manchar al par de Shinigamis restantes con sangre y claro, ponerle un poco de sangre en el rostro a la shinigami rubia, cerca de sus labios para que pudiera lamerla si lo deseaba. Me limpie, regrese a un lado de Lucy y retome el paso del tiempo. Suspire, algo cansado. Estaba consumiendo demasiado poder, si no hacia el contrato con ella rapido, no podria seguir con esto, y seguramente moriria.

- Ejem -carraspee,como si hubiera tomado un segundo para ello- Como decia... hagamos el pacto

Cherry pregunto si yo y Nunë estabamos bien, asenti con la cabeza y luego me acerque con cuidado a Nunë

Yo estoy bien pero ella no- Dije con tono de voz serio

Ryu dijo que hicieramos el pacto, pero que primero le diera un segundo. Sabia que iba a ser algo malo, pero antes de que pudiera hacer algo puso a uno de los cuerpos sangrantes en frente de Nunë y macho a Cherry y al otro Shinigami

Que crees...?!- Me detuve de golpe, si haciamos el contrato el no tendria otra opcion mas que obedecerme y arreglarlo todo -Hagamos el contrato

Lo mire fijamente y luego cerre los ojos, y las palabras brotaron de mis labios por si solas

Ryu Kida, deseo hacer un contrato contigo, te dare mi alma a cambio de tus eternos y fieles servicios...

La niña estaba al borde de la crisis nerviosa. Estaba hecha un ovillo, conteniendo la respiración y con los ojos cerrados. No podía herir a nadie, definitivamente no. Ella estaba llena de sangre, al igual que Grell y Cherry, sangre humana. Sus sentidos cada vez se confundían más.

Soltó un gritito. Eso pasaba cuando no se alimentaba dentro de mucho tiempo, en una situación normal podría haberse contenido, pero la noche de luna nueva había bebido poca sangre y había agotado todas las energías que esta le había proporcionado. Comenzaba a flaquear.

Volvió a gritar y se tomó la cabeza entre las manos. No podía contenerse, no podía...Tenía que hacer algo. Entonces lo encontró: Sangre de demonio.

Era tan grotesca y nauseabunda para los vampiros que quitaba el apetito con la misma eficacia que morder una babosa maloliente. Y aunque era tan grotesca, a la vez era deliciosa, y proporcionaba mucha energía. Lo malo de esto es que era como las drogas de los vampiros: Una vez que lo probabas, no podías detenerte. Y si tomabas mucha sangre de demonio de una sola mordida, tenías tanta energía que tu corazón entraba en paro cardiaco y morias.

Además, después de tener tanta energía, al igual que al tomar alcohol, tenías una fuerte recaída.

Debia tomar sangre de demonio, una pequeña cantidad solamente. Y debía tener el autocontrol para detenerse.

Se acercó y mordió una vez a aquel demonio, clavando sus pequeños colmillos en su cuello. Comenzó a beber y al instante se separó. Pudo sentir que la energía fluia dentro de si.