Mansión de la Familia Dodgson

Me puse rapidamente frente a Lena, tanto que nuestras frentes se tocaban.

-por supuesto que se que es eso, es lo mismo que Alois con Mayordomo-san o Ciel con Sebastian- dije levantandome cruzada de brazos.

-que conste que no soy una perra obediente como ellos dos- aclare con el seño frincido. Yo no era la Maid de nadie.

-¿are? ¡¡Apurate!!- dije, no queria molestar, pero el sueño era mucho.

Alice nego con la cabeza, para despues mirar con decision a Lena, ambas estaban decididas y eso era lo que mas le llamaba la atencion de la humana. Mas que el olor de su sangre o todas las cosas que tenia.

-aremos el pacto, te ayudare, pero como condicion no le are ningun daño directo a Ciel o Alois o Cherry- dijo, olvidando que Lena no conocia a esta ultima. La miraba sin desprecio o demaciada molestia, pero no flaquearia ante su peticion. De todas formas el deshacerse de los shinigamis valia el pacto.

Ya no dudaba si hacer el pacto o no, sabia que no abria vuelta atras tras hacerlo, pero ella habia advertido que no seria una sirvienta como Sebastian o Mayordomo-san. No, por que Alice jamas se rebajaria a hacer un trabajo tan... tan como ese.

Alice sonrio de una forma un tanto torcida, se inco y coloco su mano derecha en su pecho. Casi parecia estar disfrutando de lo que acontecia.

-¿estas segura?- aquella pregunta era puro protocolo, lo sabia. Le gusto el nombre que le habian dado por lo que al ver la decidida mirada de la humana bajo la mirada y con un poco de fuerza dijo.

-acepto- una estrella roja de doce picos aparecio en la mano derecha de Alice, al igual que en alguna parte de Lena, haciendo que la vampiresa se preguntara en donde. Ambas partes comenzaron a sangrar, Alice no sentia dolor por lo que simplemente lamio delicadamente la sangre que corria por la aparente herida.